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lunes, 4 de marzo de 2013

Las últimas reformas olvidan a quienes ya son empresarios

Los jóvenes menores de 30 años son los grandes beneficiados del último paquete de medidas aprobado por el Gobierno para paliar la estremecedora tasa de paro juvenil del 55 por ciento. Pero el Ejecutivo ha aparcado cualquier tipo de medida de la que se puedan aprovechar no sólo quienes inicien una actividad económica por cuenta propia, sino quienes tienen un negocio cuyas cuentas anuales están cada vez más lastradas por la crisis económica. Así lo explican los expertos consultados por «INVERSIÓN», quienes valoran positivamente las medidas para emprendedores, pero exigen otras para evitar una mayor sangría de sociedades mercantiles.

Cotizaciones sociales
El mayor escollo al que se enfrentan los empresarios para hacer frente a la crisis es el coste de las cotizaciones sociales. Pero éste es un asunto del que no se quiere oír hablar en la Administración. «Ahora mismo, bajar las cotizaciones es imposible, porque no hay dinero en las arcas públicas», explica Valentín Pich, presidente del Consejo General de Colegios de Economistas. «Si en su momento no se aplicó esta medida, cuando la economía iba bien, que es lo que se tenía que haber hecho, no parece que se vaya a aplicar ahora mismo», indica Pich.

Desde el pasado domingo día 24 de febrero, los menores de 30 años que inicien su primera actividad profesional por cuenta propia sólo tendrán que abonar 50 euros al mes a la Seguridad Social. Esa cifra se irá incrementando hasta que transcurran dos años y medio, momento a partir del cual cotizarán por las bases generales. Esta medida busca fomentar el autoempleo, aunque Valentín Pich afirma que «no parece que vaya a haber muchos jóvenes que inicien negocios ahora mismo» ante el actual contexto económico y financiero.
El coste de cotizaciones a partir de los 30 años es espectacular. «No puede ser que un autónomo que ingrese 1.200 euros al mes, por ejemplo, pague lo mismo en cuotas sociales que el que gane 5.000 o 6.000 euros», explica Celia Ferrero, vicepresidenta de la Organización Nacional de Trabajadores Autónomos-ATA. Para Ferrero, «lo ideal sería que las cuotas fueran progresivas en función de los ingresos de cada autónomo».

Uno de los colectivos olvidados por las últimas medidas aprobadas por el Ejecutivo son los mayores de 45 años. «Deberían ser un grupo de contribuyentes prioritario para el Gobierno, porque si se quedan en paro a esa edad, su única alternativa es emprender», destaca la vicepresidenta de ATA. Desde esta organización esperarán a la aprobación de la Ley de Emprendedores para analizar qué tipo de iniciativas surgen para estos empresarios de mayor edad. Para Celia Herrero, el objetivo debe ser que «el coste de la actividad empresarial no haga inviable un proyecto que ya está en marcha».

Ayudas públicas
Algunas de las medidas que se han aprobado para ayudar a que los negocios no cierren permitirán algo inaudito en la legislación española: la percepción de ayudas públicas por desempleo con el inicio o mantenimiento de una actividad empresarial. A partir de ahora, los desempleados menores de 30 años que se constituyan como autónomos podrán compatibilizar los pagos mensuales que realiza el Servicio Público Estatal de Empleo con los ingresos que reciba por realizar una actividad profesional. Eso sí, sólo podrá ser durante nueve meses. Incluso, si un ciudadano que no ha agotado el paro inicia una actividad, tiene un margen de hasta cinco años para volver a recuperar los meses de desempleo a los que tiene derecho, si fracasa en su negocio como autónomo. «Se trata de dar una segunda oportunidad», explica Andrés Díaz, experto tributario de la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf).

Además, se ha ampliado el número de casos en los que un joven puede capitalizar el 100 por cien de la prestación por desempleo (esto es, que la cobre en una sola vez y no mensualmente), si invierte ese dinero en una nueva sociedad mercantil, «pero siempre que se establezca una vinculación laboral con carácter indefinido», apunta Andrés Díaz.

Beneficios fiscales...cuando haya ganancias empresarialesLa liquidación de la Renta (IRPF) y de Sociedades (IS) puede resultar atractiva. Porque, por ejemplo, en el caso de que un parado opte por la capitalización total del desempleo, esa cuantía única estará exenta de tributar en el IRPF (antes, el máximo eran 15.500 euros).
Si se inicia una actividad, se establece una reducción del 20 por ciento sobre los rendimientos netos obtenidos «en los dos primeros ejercicios en los que se obtengan resultados positivos, lo que alivia en buena medida la situación de muchos negocios», explica Andrés Díaz. En Sociedades, se tributa al 15 por ciento hasta los primeros 300.000 euros (hasta ahora, el 20); y el resto, al 20 (antes, al 25 por ciento).

Fuente: Finanzas.com

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